jueves, 25 de septiembre de 2014

Evolución de la unidad renal - 7°

Evolución de la unidad renal

A medida que los vertebrados fueron evolucionando se pudo observar como los órganos excretores se preparaban para desempeñar su función excretora. En primera instancia se puede observar que el glomérulo se comunican totalmente con el celoma del animal de tal forma que el filtrado que se realiza no se puede atribuir en especial al órgano excretor en sí, sino a una conjunto de interacciones entre celoma y riñón (en esta instancia muy primitivo) el cual se denominó Holonefros Probablemente el holonefridio consistió en dos series longitudinales de unidades renales, formadas por un par de glomérulos en cada segmento embrionario.

Estos órganos se pueden mencionar como un vestigio de un riñón derecho y de un riñón izquierdo, localización conocida como ratroperidional, es decir externa con relación con el celoma o sometopleura. Los nefridios eran abiertos pues el túbulo estaría provisto de nefrostoma, que todavía se comunicaba con la cavidad celómica. Todos los túbulos desembocaban en dos conductos denominados arquinefridios, y estos llegarían independientemente al exterior.

De estos en animales como amocetos de mixinoides y anfibios apodos, los cuales presentan un solo par de glomérulos por segmento. En cambio encontramos en estado embrionario el denominado PROTONEFROS, en donde aparecen primero las unidades posteriores y asumen desde luego su función de excreción. Existe pues una etapa ontogenia en la cual el organismo está provisto de órganos excretores de posición muy delantera, provistos únicamente de un par de nefridios por segmento, sin importar que estos sean abiertos o cerrados, además los conductos urinarios son del tipo arquenefridio. Los protonefros son funcionales en amocetos, en las larvas de los teleostomos y aún en el adulto de los ciclostomos. Los túbulos de protonefros descargan su contenido en un vaso venoso. Opistonefros Con este nombre se designa el aparato renal que representa, en los organismos adultos actuales, una porción posterior del holonefros hipotético.

Aludiendo una vez más a la desaparición de los elementos renales anteriores, diremos que esta prosigue hasta una zona posterior al límite trasero de riñón de cabecera. Así, en los animales que conservan tales restos de pronefros, queda un espacio intermedio, que no ejerce funciones renales entre el riñón de cabecera y el opistonefros funcional. La generalidad de los opistonefros se caracteriza por la multiplicación , que llegan a sobre pasar excesivamente en número de segmentos correspondientes, sobre todo en la región posterior que por tal motivo, aparece hipertrofiada ; además, en el opistonefros, es notable la perdida de la organización segmentaria y carencia casi universal de nefrostomas. Constituyen la excepción, los opistonefros de los ciclóstomos que conservan la estructura segmentaria y tienen solo un par de unidades por segmento.

De lo antes dicho, es posible deducir que la diferencia fundamental entre el pronefros y el opistonefros radica en la procedencia, a partir del holonefros, además de las particularidades ya mencionadas, representa la porción anterior del holonefros, es funcional en los embriones y en algunos estados larvario; si persiste es a manera de riñón de cabecera. El opistonefros es manifestación de la porción posterior del holonefros, es funcional en todos los peces, en el más amplio sentido del término, así como en los anfibios aun cuando algunos animales presentan características estructurales primitivas. Metanefros En párrafos anteriores se hablo acerca de la hipertrofia de seccionposterior del opistonefros y de la multiplicación de los nefrones en la porción opistonefrica. Probablemente el fenómeno manifiesta cierta tendencia hacia la constitución de los riñones a expensas de la parte más trasera del holonefros hipotético. La tendencia llega a su culminación en los órganos renales de los vertebrados amniotas, que son notablemente compactos y tienen enorme cantidad de nefrones del tipo más complejo, antes descrito.

A esos órganos se les conoce en el campo de la anatomía comparada con el nombre de metalíferos. Una vez más, señalamos que aparte de las diferencias anatómicas, la peculiaridad básica de los metalíferos es su origen a partir de la sección posterior del holonefros. Los ciclostomos en general, están provistos de riñón de cabecera, constituidos por residuos del pronefros embrionario, drena la cavidad pericárdica directamente y en segundo término la abdominal, ya que ambas están en comunicación. En la porción anterior de la zona pronefrica, se halla un espacio carente de unidades renales y a continuación, se localiza el opistonefros con las características antes descritas. Estos órganos desembocan por medio de dos conductos arquinefricos simples, cada uno de estos se prolongan desde las primeras unidades opistonefricas hasta le región cloacal, siguiendo el borde externo de cada órgano urinario; cabe añadir, que por delante del punto inicial quedan vestigios del conducto empleado por el pronefros embrionario o del estado larval.

Poco antes de llegar al exterior , ambos conductos que podemos llamar ureteros o conductos dewolff, se unen en una sola vía que desemboca en el ápice de una papila pequeña, oculta en la región posanal, dentro de una cripta poco perceptible. Solamente en los machos adultos, durante la madurez sexual, la papila se hipertrofia y adquiere aspecto de pene rudimentario.

Los elasmobranquios tienen opistonefros típico, por lo general más voluminoso en la región posterior. En estos animales, especialmente en el sexo masculino, son muy interesantes las relaciones establecidas entre el aparato excretor y el genital. La disposición y conformación del aparato excretor en los peces teleostomos, varían en los diversos grupos; sin embargo, pueden indicarse algunas características generales, como es la independencia en cuanto a la expulsión de los productos genitales y urinarios, ya que el conducto arquinefrico es siempre funcional en toda su extensión y los órganos reproductores generan nuevas vías de expulsión. Desde luego que estos animales están dotados de opistonefros y en ciertos casos los estados larvarios tienen restos de pronefros.

En los anfibios, la parte anterior del opistonefro está relacionada con el aparato genital de los machos, además, hay conductos accesorios que recogen que recogen la excreción de la región posterior del opistonefros, pero en lugar de desembocar en la cloaca, se unen a los conductos arquinefricos que son a la vez diferentes, y estos descargan separadamente en la cloaca. En las hembras de estos anfibios no existe relación entre el aparato genital y la porción delantera del opistonefros, ni hay unión entre el conducto arquinefrico y el oviducto; el uno y el otro son independientes y descargan separadamente en la cloaca. La concentración de los órganos renales es más notable en los anfibios anuros; se trata de un par de cuerpos ovoides, relativamente grandes y rojizos, a lo largo de la cara ventral en cada riñón es perceptible una banda longitudinal amarilla, la glándula adrenal.

Son pocos los túbulos que se convierten en aferentes; sin embargo, el conducto arquinefrico es la única vía de descarga para los productos genitales masculinos en la cloaca. No existe relación entre los ovarios y el aparato excretor femenino. En ambos sexos, la cloaca forma un receso que funciona como vejiga urinaria; los uréteres no desembocan a tal vejiga si no en sus proximidades, la orina pasa del luman cloacal al receso antes mencionado. En este grupo de vertebrados el aparato urinario de los adultos aparece en forma de metalíferos. Es mucho más compacto que en las formas anteriores y está completamente separado del aparato genital , puesto que el conducto arquinefrico funciona solo como vaso deferente y los riñones descargan por uréteres mas o menos complicados, pero siempre independientes del conducto primitivo.

En los reptiles, la forma de los riñones es variada, puesto que la morfología de estos animales lo es también. Por ejemplo en las serpientes y en los lacertillos apodos, uno de los riñones es anterior con respecto a un homologo, pero alojados, como sucede en toda clase zoológica, en la región posterior de los cavidad abdominal. Todos los reptiles tienen los riñones lobulados, a menudo alargados, y en algunas especies funcionados entre sí. También debido a lo largo del cuerpo, los uréteres de las serpientes son muy prolongados; en cambio, los cocodrilos y las tortugas tienen uréteres cortos. Estos últimos animales están previstos de vejiga urinaria, originada en parte por la cloaca embrionaria y en parte por la alantoides.

En aves y mamíferos; los riñones son aún más compactos, siguen lobados y están alojados en la región pélvica. Las aves en general carecen de vejiga urinaria; solo los avestruces tienen, y los productos de la excreción se eliminan por la cloaca. El proceso evolutivo hacia un estado más compacto llega a su máxima expresión actual en los riñones de los mamíferos. Se trata de órganos cuya forma semeja un frijol, por tanto tiene un borde convexo, que es el externo y el opuesto o interno, con una depresión llamada hilio, que determina el punto de entrada para la arteria renal y de salida para la vena respectiva y el uréter, así como para el paso de nervios y vasos linfáticos.

Cada riñón está cubierto por una membrana fibrosa, llamada cápsula renal, que en el hilio se prolonga sobre la superficie del uréter. Si se observa un corte longitudinal del riñón humano, encontraremos que hacia adentro de la cápsula existe un arrea compacta conocida como corteza renal y más hacia la superficie del riñón y el ápice dirigido en sentido inverso. Cada uno de dichos conos es una pirámide renal. La región interna, correspondiente al borde cóncavo del órgano, carece de pirámides; está ocupado por un espacio denominado pelvis, que puede interpretarse como gran dilatación del uréter. La pelvis se resuelve radialmente en estructuras en forma de embudo más próximas a la pelvis se denomina cálices mayores, y cálices menores las inmediatas a las pirámides.

Los nefrones se encuentran en la corteza y en la médula. Los corpúsculos renales o de mapigio , de los cuales se desprenden, como se vio, el túbulo excretor están incluidas en la zona cortical, inmediatamente después de la cápsula, conocida como de Bowman, se presenta, todavía en la misma zona, la porción contorneada próxima del túbulo, que continua por un tramo recto o descendente y de menor calibre, dirigido, en la médula hacia el ápice de una de las pirámides. No llega hasta tal extremo sino, que en sus inmediaciones forma el asa de Helen, y retorna en sentido opuesto por medio de otro tramo recto, que se denomina ascendente, hasta llegar nuevamente a la corteza. Una vez en este lugar, se hace sinuoso en la región contorneada distal para finalmente desembocar en un tubo colector al que confluyen numerosos túbulos. De nuevo el tubo colector va hacia la pelvis, se une a otros semejantes y vierte su contenido en tubos excretores abiertos en la cápsula de la pirámide correspondiente.

La orina es recogida por cálices menores, de ahí pasa a los mayores, a la pelvis renal y posteriormente al uréter. Los uréteres, uno de cada riñón, desciende hacia la región pélvica, en la que se aloja la vejiga urinaria. Esta última descarga por un solo conducto, la uretra, que va por el interior del pene en los machos, hasta llegar al exterior. En las hembras la uretra se abre al vestíbulo, bien sea en el ápice del clítoris, como en las ratas, o en cualquier otro punto.

  
Enfermedades Del Sistema Excretor

El sistema excretor como los demás sistemas que conforman a un organismo puede ser severamente afectado por una serie de enfermedades, producidas por factores genéticos (a causa de mutaciones causadas por agentes químicos como pesticidas y otros), factores prenatales y por factores alimenticios en individuos adultos.

Las afecciones más comunes son los casos en los cuales uno de los dos riñones aparece sin su correspondiente uréter de tal forma que un riñón no es funcional para este individuo.
Otro caso es cuando el individuo nace únicamente con un riñón, este presenta dos uréteres y es en ocasiones incapaz de cumplir la función renal en este individuo.
Se han registrado casos en los cuales los fetos nacen con sus dos riñones pero estos no presentan uréteres y esto causa la muerte del feto.


En las personas adultas el riñón se lesiona con mucha frecuencia por malos hábitos alimenticios, por el consumo desproporcionado de alcohol y por otros factores, causando en ocasiones cálculos renales, cáncer de riñón y otras enfermedades que pueden llevar en muchos casos a la extracción del órgano afectado.

Tomado de: http://www.monografias.com/trabajos5/sisex/sisex.shtml#rena

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